Regina Bigiotti en la prensa local

La Palabra de Cañuelas, 14/06/1991
—¿Cuánto tiempo al frente de la Dirección del Distrito Provincial de Rentas?
—Más de treinta años haciendo carrera, claro. Cuando se creó la Dirección Inmobiliaria se hizo una prueba en la que estuve alrededor de tres años, después pasé a Rentas, y de allí se dio que me nombraron Jefa del Distrito.
—En esos treinta años habrá visto pasar muchas cosas...
—Tengo algunas anécdotas. No puedo decir que haya tenido problemas con alguien, ya que en primera instancia, quien nos paga es el público, y creo que cuando no se cumple con una función como corresponde, ya sea en una oficina pública o en cualquier otro empleo, se está estafando al Estado y al público.
—¿Cómo fueron esos años?
—Muy lindos, siempre ha habido mucha armonía.
—¿Conoció muchos intendentes?
—Por cierto, una vez el exintendente López Freire (que ejercía durante la dictadura militar) me dijo: “¿Cómo hizo Ud. para campearse todas? A lo que agregó: “¿Qué es usted?”. Yo le contesté que en principio era argentina, y que él en realidad me quería preguntar en qué sector militaba, ya que “ser” es una cosa y “militar” es otra. Yo le respondí que no militiba en ningún sector, ya que todos los gobiernos son mis patrones, y si no me gustaba tenía que irme.
—¿Cómo empezó a hacer este tipo de rostros?
—Hacer todos los personajes sería demasiado, es muy difícil captar todas las expresiones ya que, por ejemplo entre la pena y la tristeza hay muy poca diferencia, y sin embargo no son lo mismo, la pena nace del alma, la tristeza del momento. Entonces para hacer cada rostro primero tuve que vivirlos, traté de ubicarme en el panorama, dentro de cada uno de los pasajes, y así nació este Martín Fierro.

La Información de Cañuelas, 17/01/2007
“Yo trabajaba, era empleada. Empecé estudiando Derecho, que después abandoné porque me di cuenta que el derecho no existe. Todo empieza en mis clases de Arte decorativo que cursaba en Monte Grande, cuando mi profesora me propone hacer esculturas en hueso de rostros de dioses, por ejemplo de mitología griega y egipcia. Le dije que no, que no me parecía e iba a hacer caras de gauchos”.
“Y finalmente, la profesora de piano y la casi antropóloga —cursó cuatro años de la carrera— nos conduce a la habitación donde veremos los rostros. Antes nos detiene en un pasillo y muestra unas esculturas pintadas e imaginadas sólo con la forma de huesos de animales. ‘¿Que ves?’ —pregunta. No mucho —respondo. ‘Es un cura dando la misa’, dice. Y remata: ‘El hombre tiene un sentido desperdiciado: la vista. No vemos lo particular’“.
Fuente: Biblioteca Popular Sarmiento de Cañuelas